lunes, 6 de marzo de 2017

Cuando pensar diferente se convierte en acoso

Vivimos en un país, donde es común que predomine el pensamiento que haya de moda.

Sin embargo, cuando alguien se sale de lo establecido, es muy común que se le rechace por tener ese pensamiento diferente

Con esto me refiero al conjunto LGTBI, a los nuevos creyentes de la iglesia, a los no creyentes, a los que les gusta un tipo determinado de música, a los que visten o maquillan de forma diferente.

Es cierto que todos ellos tienen en común que disponen de diferentes formas de vivir la vida, una filosofía que en ocasiones van en contra de los principios de otras... pero nadie en la vida debe ser humillado, ninguneado o incluso criticado por ello.

Me producen una gran cantidad de asco, vergüenza y mucha rabia saber, que existen todavía personas que se dedican a "joderles la vida" a aquellas personas que piensan y viven de otra manera... El juego de la libertad de expresión no es así:  la libertad de expresión termina cuando comienza la de la otra persona.

¿Pero es que no se puede dejar de tener maldad? ¿A qué se debe este odio? ¿No se pueden respetar su opinión, sus creencias, sus ideas, sus pensanientos?

Immanuel Kant lo dictaminaba muy bien: Obra de tal forma que tu comportamiento se convierta en un comportamiento universal.

Con esto no me quiero posicionar en ningúna opinión, sólo quiero pedir a todas aquellas personas que sean empáticas (ponerse en el lugar de la otra persona) y reflexionen sobre cómo te gustaría que te tratasen. Recuerda que siempre se dá lo que recibes.

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