La política…

Muchos tendrán esa duda de qué es la política, otros desconfían de ella e incluso otros luchan hasta límites insospechados por conseguir llegar a la política.

Es una lástima que teniendo la forma de conseguir el bienestar, muchos al parecer no desean que otros con menos prestigio dispongan de ese bienestar.

Y con bienestar no me refiero al bienestar económico (que aunque no se crea, “el dinero mueve el mundo”), sino a un bienestar de salud, de justicia… y sobre todo de un bienestar en el que la realidad sea tomada como algo positivo y en el que, en vez de vender bombas de humo, se cumpla todo lo que se dice.

En el tema de la veracidad, la política esta muy corrupta. Y con corrupta, me refiero a quien la realiza.

Es un poco ilógico presuntamente regalar algo que pertenece a un conjunto de personas, sin haberlo consultado antes y en que la persona que regala es la beneficiaria de la transacción. Pues esto presuntamente está pasando.

Es un poco ilógico presuntamente apropiarse de un dinero que pertenece a un conjunto de personas que, de igual manera que anteriormente, lo desconoce. Pues esto presuntamente está pasando.

Es un poco ilógico presuntamente prometer mejoras para unas personas con problemas económicos, sociales, culturales y de accesibilidad, y que luego se hagan oidos sordos. Pues esto presuntamente está pasando.

Es un poco ilógico y ya no presuntamente, pues lo viví personalmente, que varios políticos se enfrente con los de los otros partidos, llegando a convertirse ese pleno, en el programa líder cuando el sol está en el ocaso, de un conocido canal de televisión.Pues esto doy fe de que está pasando.

Y digo presuntamente, porque, aún pesar de que tanto en periódicos, radio y televisión, se trate casi a diario los temas expuestos anteriormente, no es mi forma de ser.

Criticar a una persona sin yo tener la certeza de que realmente ha hecho algo malo e incluso sin ni siquiera conocerla, puede retratarme como un auténtico demagogo, además de que no respetaría su derecho a la privacidad e intimidad.

Es por ello, que los nuevos candidatos de todos los partidos políticos, no han tenido oportunidad de demostrar sus capacidades de cambio y la reestructuración de la política como por definición se lleva realizando en otros países.

Por lo tanto, desde mi punto de vista, debemos darles la oportunidad de que cambien el método y metan a los que tienen que meter (corruptos) en donde los tienen que meter (cárcel)