domingo, 2 de octubre de 2016

Los peques tienen la solución: ¡Vive!

Estoy segurísimo que muchos de los que estáis leyéndome ha pensado "ojalá volviera a ser niño".

Es evidente que la vida va pasando por fases en la que según la edad que tengamos vamos cambiando nuestra forma de pensar y madurando como ser.

Sin embargo, en el momento que se deja atrás el colegio y comenzamos el instituto, nos convertimos en esclavos del mal sistema educativo.
Este sistema nos roba tiempo de ocio, lo cual va destruyendo día a día ese niño interior que llevamos dentro.

Desolado y triste porque ya no juega a lo que jugaba, se va endureciendo y formando un escudo muy intenso que lleva a buscar otro tipo de ocio que, a largo plazo, acaba por destruirse a sí mismo, es decir, convertirse en antipático, serio, estúpido.

Esto produce estrés y ansiedad, que por mucho mindfulness, yoga, meditación que se haga, nunca se termina.

¿Por qué? Muy sencillo.
El capitalismo nos ha adoctrinado de tal forma que pensemos que para ser feliz, hay que comprar.
Esto es un grave error.

El ser humano es un ser curioso por naturaleza, siempre quiere ver, oler, probar, experimentar...
Es por ello, que la única forma en el mundo de alcanzar la felicidad es mirando a los peques.

Si le regalas algo material, disfrutará con él hasta que se aburra, lo cual llevará a que no juegue más con ese regalo.
Sin embargo, si le llevas a la feria, a un parque de atracciones, a un zoologico o a un sitio donde el peque disfrute de experiencias que no puede encontrar en su día a día, entonces descubrirás que quiere volver a repetir la experiencia.

Por lo que podemos deducir que la forma de seguir siendo felices es realizando experiencias de tal forma que despertemos a ese niño interior que llevamos todos adentro y que muchisimas veces no se saca por miedo-vergüenza.

Por último, pero no menos importante, hay que tener en cuenta que el ser humano es un ser sociable.
Los peques son seres muy sociables, en cambio los adultos son los que cohiben esa socialización con el entorno.

Por ello, es conveniente hacer como los peques, conocer gente y compartir esas experiencias que hablamos anteriormente.
No hace falta ser mejores amigos, se pueden ser compañeros de experiencias.

Pero ojo, un compañero de experiencias debe ser una persona que esté genial contigo y que te resulte genial, no puede ser cualquiera.
Pero de esto ya hablaremos en otro post.

En resumen, si alguna vez te encuentras con mal estado anímico, pregúntale a tu peque interior que quiere hacer.
No debes cuestionar lo que quiera hacer, tan solo ponerle la condición de que lo que quiera hacer no perjudique otra persona (no vale el "qué dirán" dado que pensar así, produce la muerte inmediata de nuestro peque interior. JAMAS pienses en el "qué dirán")

¿Que quiere ir a bailar? Pues ve a bailar. ¿Que quiere ir a la feria y montarse en una atraccion familiar? Pues móntate sin miedo.
¿Que vas a una boda, quieres comerte el menú infantil, montarte en el castillo hinchable y hacer lo mismo que el animador?. Pues hazlo, no te cortes.

Y recuerda, vive experiencias o repítelas, da igual la edad que tengas. Sólo disfruta.

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